Allegro

La luna de algodón y serpentina
le gusta el carnaval. Pálida y sola
se baja en antifaz su propia aureola
y logra su misterio con neblina.

Envuelta en su mantón, cuando camina
la cara de pudor se le arrebola,
cada vez que en sus pechos de Manola,
se hospeda la mirada masculina.

Y cuando por pasión de Colombina
encuentra en un rincón ,casi olvidado,
al bueno de Arlequín, pronto adivina

la causa del dolor. Mas, a su lado,
la Luna con amor audaz se inclina
y él vuelve a ser feliz. Un disfrazado.