El Detective

Traductor del idioma clandestino
de los rastros del crimen, doy lectura
con mi lupa leal a la escritura
de las signos que muestran el camino.

Alquimista sutil, cuando combino
lo que existe y no está, mi arquitectura
levanta tras la duda más oscura
evidencias de luz, porque adivino.

Arqueólogo puntual del cenicero,
toda puerta abriré en cualquier decencia
y hasta agotar la pista, persevero.

Un paso en falso busca mi experiencia.
Si no lo han dado, no me desespero.
Vendrá con el amor o la impaciencia.