El Tango

Nos baila una traviesa espiroqueta,
cada tanto en la vena literaria,
legado del desliz de un proxeneta
versado en tradición prostibularia.

Con prontuario de cantor y poeta,
vestido con prosapia funeraria,
abraza a la mujer, falda indiscreta,
y bailan en pareja una plegaria.

La danza es el abrazo de un ausente.
De un imposible amor, la despedida.
Caída está la máscara decente

de la formalidad de nuestra vida.
El tango deja el alma desvestida
para hacer el amor ante la gente.