Me maltratan los amos de la Historia,
aunque deje su fama transparente,
pues no dan el laurel para el sirviente
que les limpia los trapos de su gloria.
Mi modesta labor es meritoria.
Cenicienta y fregona, mas, decente,
lavo y tiendo la culpa de la gente.
Pero un lavar ensucia mi memoria.
Tuve en tiempos del Gólgota, lejanos,
un asunto trivial con dos ladrones.
Nunca pude saber por que razones
ese lavar dejó sangre en mis manos. .
Mi función es fallar. Algunas veces
por obra del error, fallé con creces.