No sé si por ocultas sepulturas,
cumplidos los rituales de la gloria,
se fueron para el cielo, sin memoria,
las almas de las muertas esculturas.
Imágenes perdidas, sus figuras
procesan por la extraña lejanía.
Metáforas del agua. Se diría
que son, al fin y al cabo, travesuras.
Tal vez serán el humo convenido
de un código secreto, las señales
que mandan los caciques ancestrales.
Acaso Dios temiendo estar perdido,
cual sabio Pulgarcito precavido,
las puso como migas celestiales.