Camina por Boedo un sentimiento
que empilcha los colores azulgrana,
que tiene como origen la sotana
de un fraile con más yeca que Convento.
Camina la nostalgia a paso lento,
con miedo al gol en contra- tropezones
del alma y la memoria en los tablones
de Avenida La Plata al mil seiscientos
Es la cancha perdida, sinsabores,
Es la diestra cortando en el vacío
que saluda a los once jugadores
Es el grito de siempre, del gentío
El Ciclón! El Ciclón!, los Matadores…
y es mi viejo de vuelta al lado mío.